PROTOCOLOS DE CONTROL
MIDI
Importancia del MIDI para el desarrollo del software musical.
Autor: David Gamarra.
Autor: David Gamarra.
Los inicios de toda innovación tecnológica han estado siempre caracterizados por la disparidad de criterios y la dispersión de esfuerzos. Cada fabricante trata de sustentar sus propias soluciones aún a costa de crear un mar de confusiones entre los usuarios.
En el pasado se nos ofrecieron sintetizadores con VCO's lineales con diferentes relaciones Hz/Voltio (Korg, Yamaha), exponenciales calibrados a 1V/Octava (Moog, ARP, Roland), y a 0.32V/Octava (EMS), con diferentes modos de activación de los generadores de envolvente como los Moog (por cierre de interruptor) los ARP (con señales separadas de trigger , y gate de 0 a +15V), y otras variantes por el estilo. Tres cuartos de lo mismo sucedió con la aparición de secuenciadores digitales y cajas de ritmo: mientras que unos utilizaron 24 ppqn (como Emu, Moog, y Sequential), otros se decantaron por utilizar 48 ppqn (Linn), 96 ppqn (Oberheim) y 64 ppqn (los primeros PPG).
(ppqn: “pulses per quarter note”, es decir, pulsos por negra).
Unos pocos fabricantes de instrumentos, conscientes del potencial creativo que ofrecían los incipientes ordenadores personales en el terreno de la música, y del soberbio follón de señales de control organizado entre unos y otros, consideraron seriamente la posibilidad de ponerse de acuerdo.
En general, se atribuya a Dave Smith (Sequential Circuits) la primera iniciativa en el sentido de dotar al Prophet 5 con un interface digital. Su objetivo era el de poder intercambiar datos con un secuenciador polifónico que se proponía diseñar. Y así lo hizo, bautizándolo con el nombre de SCI (Sequential Circuits Interface). Más tarde se puso a la venta como un accesorio. Pero Smith no se detuvo ahí. En lugar de guardar los detalles de su interface a cal y canto, hizo público el protocolo en el que estaba basado, con una sabia intención: incitar a programadores y constructores de hardware a que desarrollasen sus propias “paridas” para el Prophet-5. La idea no cuajó, ya que el protocolo inventado por Smith era aún tosco y poco adaptable a otras funciones distintas a las propias de un secuenciador.
Con todo, la tentativa despertó el interés de algunos fabricantes y se abrió un fructífero diálogo entre el propio Smith, Tom Smith e Ikutaro Kakehashi (Roland). Los tres coincidieron en la necesidad de desarrollar un protocolo normalizado que hiciera compatibles distintos instrumentos.
En un encuentro (en el marco de la NAMM en Enero de 1982), al que asistieron numerosos representantes técnicos de las principales marcas, se acordó aumentar la velocidad de transmisión a 31,2 Kbaudios, y añadir opto acopladores a todos los terminales de entrada (para evitar problemas de puestas a masa). El toque de gracia de lo que sería el MIDI, lo dieron un grupo de compañías japonesas. Idearon un protocolo más ingenioso y elaborado que permitía utilizar el interface para aplicaciones mucho más complejas: el famoso séptimo bit que define cuando un byte es de datos o de estado, en función de si adopta un valor lógico 0 ó 1 respectivamente.
El protocolo de comunicación resultante de las ideas de unos y otros terminó por bautizarse como MIDI (Musical Instrument Digital Interface), y el primer instrumento de la historia dotado con MIDI apareció en el mercado en Diciembre de 1982: el Prophet-600. A pesar de todo, la discusión no finalizó ahí. Inicialmente se produjeron acalorados desacuerdos en torno a cuestiones como la de adoptar la transmisión en serie en lugar de en paralelo: ésta última es más rápida pero, en aras de la economía, se adoptó la primera. Firmas como Oberheim y Rhodes continuaron trabajando un corto periodo de tiempo con sus propias versiones del interface en paralelo, aunque pronto abandonaron a la vista de la rápida implantación del MIDI, y por los problemas técnicos de su propuesta. Dada la mayor susceptibilidad a las interferencias de un interface paralelo, la longitud de los cables de interconexión se ve sensiblemente limitada.
Con MIDI componemos música electrónica con total facilidad. El teclado se comunica con la computadora a través de una tarjeta de audio que tenga estas entradas. En ésta, instalamos un software, muy parecido a los editores multipistas, que se llama secuenciador. En el secuenciador elegimos el instrumento que queramos y, mientras en el teclado vamos componiendo las notas musicales, en el programa van sonando, pero como el instrumento que elegimos.
Vídeos de introducción al interface MIDI de Apple:
En el pasado se nos ofrecieron sintetizadores con VCO's lineales con diferentes relaciones Hz/Voltio (Korg, Yamaha), exponenciales calibrados a 1V/Octava (Moog, ARP, Roland), y a 0.32V/Octava (EMS), con diferentes modos de activación de los generadores de envolvente como los Moog (por cierre de interruptor) los ARP (con señales separadas de trigger , y gate de 0 a +15V), y otras variantes por el estilo. Tres cuartos de lo mismo sucedió con la aparición de secuenciadores digitales y cajas de ritmo: mientras que unos utilizaron 24 ppqn (como Emu, Moog, y Sequential), otros se decantaron por utilizar 48 ppqn (Linn), 96 ppqn (Oberheim) y 64 ppqn (los primeros PPG).
(ppqn: “pulses per quarter note”, es decir, pulsos por negra).
Unos pocos fabricantes de instrumentos, conscientes del potencial creativo que ofrecían los incipientes ordenadores personales en el terreno de la música, y del soberbio follón de señales de control organizado entre unos y otros, consideraron seriamente la posibilidad de ponerse de acuerdo.
En general, se atribuya a Dave Smith (Sequential Circuits) la primera iniciativa en el sentido de dotar al Prophet 5 con un interface digital. Su objetivo era el de poder intercambiar datos con un secuenciador polifónico que se proponía diseñar. Y así lo hizo, bautizándolo con el nombre de SCI (Sequential Circuits Interface). Más tarde se puso a la venta como un accesorio. Pero Smith no se detuvo ahí. En lugar de guardar los detalles de su interface a cal y canto, hizo público el protocolo en el que estaba basado, con una sabia intención: incitar a programadores y constructores de hardware a que desarrollasen sus propias “paridas” para el Prophet-5. La idea no cuajó, ya que el protocolo inventado por Smith era aún tosco y poco adaptable a otras funciones distintas a las propias de un secuenciador.
Con todo, la tentativa despertó el interés de algunos fabricantes y se abrió un fructífero diálogo entre el propio Smith, Tom Smith e Ikutaro Kakehashi (Roland). Los tres coincidieron en la necesidad de desarrollar un protocolo normalizado que hiciera compatibles distintos instrumentos.
En un encuentro (en el marco de la NAMM en Enero de 1982), al que asistieron numerosos representantes técnicos de las principales marcas, se acordó aumentar la velocidad de transmisión a 31,2 Kbaudios, y añadir opto acopladores a todos los terminales de entrada (para evitar problemas de puestas a masa). El toque de gracia de lo que sería el MIDI, lo dieron un grupo de compañías japonesas. Idearon un protocolo más ingenioso y elaborado que permitía utilizar el interface para aplicaciones mucho más complejas: el famoso séptimo bit que define cuando un byte es de datos o de estado, en función de si adopta un valor lógico 0 ó 1 respectivamente.
El protocolo de comunicación resultante de las ideas de unos y otros terminó por bautizarse como MIDI (Musical Instrument Digital Interface), y el primer instrumento de la historia dotado con MIDI apareció en el mercado en Diciembre de 1982: el Prophet-600. A pesar de todo, la discusión no finalizó ahí. Inicialmente se produjeron acalorados desacuerdos en torno a cuestiones como la de adoptar la transmisión en serie en lugar de en paralelo: ésta última es más rápida pero, en aras de la economía, se adoptó la primera. Firmas como Oberheim y Rhodes continuaron trabajando un corto periodo de tiempo con sus propias versiones del interface en paralelo, aunque pronto abandonaron a la vista de la rápida implantación del MIDI, y por los problemas técnicos de su propuesta. Dada la mayor susceptibilidad a las interferencias de un interface paralelo, la longitud de los cables de interconexión se ve sensiblemente limitada.
Con MIDI componemos música electrónica con total facilidad. El teclado se comunica con la computadora a través de una tarjeta de audio que tenga estas entradas. En ésta, instalamos un software, muy parecido a los editores multipistas, que se llama secuenciador. En el secuenciador elegimos el instrumento que queramos y, mientras en el teclado vamos componiendo las notas musicales, en el programa van sonando, pero como el instrumento que elegimos.
Vídeos de introducción al interface MIDI de Apple:
De esta forma, con un teclado y una computadora componemos música electrónica como si tuviéramos una orquesta a nuestra disposición. Podemos hacer sonar nuestro teclado sintetizador como si fuera una batería, una guitarra o una flauta andina. Incluso sin teclado puedes hacer música. Los programas informáticos de los que hablamos tienen incorporados teclados virtuales para componer tus propias cortinas musicales.
Secuenciadores
Así se llaman los programas informáticos que nos permiten trabajar con música electrónica y MIDI. A simple vista se parecen mucho a un editor multipistas, pero van más allá. Están preparados para entenderse con los sintetizadores y otros instrumentos de este tipo que se comunican por MIDI y se les pueden instalar instrumentos virtuales.
Los más conocidos del mercado son Cakewalk, Reason y Cubase. Verdaderas estaciones de creación musical con cientos de instrumentos para dar rienda suelta a tu creatividad. Con estos programas no necesitas teclado o sintetizador externo ya que desde el software haces todo.
Qtractor es la alternativa libre de secuenciadores. Trabaja MIDI multipistas pero sólo corre en Linux, un motivo más para pasarte al Software Libre.
Bibliografía
http://musicareas.com/software/indice.phtml
http://www.analfatecnicos.net/pregunta.php?id=56
Así se llaman los programas informáticos que nos permiten trabajar con música electrónica y MIDI. A simple vista se parecen mucho a un editor multipistas, pero van más allá. Están preparados para entenderse con los sintetizadores y otros instrumentos de este tipo que se comunican por MIDI y se les pueden instalar instrumentos virtuales.
Los más conocidos del mercado son Cakewalk, Reason y Cubase. Verdaderas estaciones de creación musical con cientos de instrumentos para dar rienda suelta a tu creatividad. Con estos programas no necesitas teclado o sintetizador externo ya que desde el software haces todo.
Qtractor es la alternativa libre de secuenciadores. Trabaja MIDI multipistas pero sólo corre en Linux, un motivo más para pasarte al Software Libre.
Bibliografía
http://musicareas.com/software/indice.phtml
http://www.analfatecnicos.net/pregunta.php?id=56